Bukele vuelve a adelantarse al tribunal electoral y anuncia una victoria aplastante en las elecciones locales

La confusión vuelve a reinar en otra de las noches electorales de El Salvador. Resulta claro que el partido de Nayib Bukele y sus aliados se han impuesto este domingo en la mayoría de los 44 municipios que están en juego en estos comicios locales, pero la forma de comunicarlo y las distintas versiones sobre algunos resultados ajustados en determinadas localidades han generado desconcierto. El presidente, que hace un mes fue reelegido para otros cinco años en el cargo, se ha adelantado de nuevo al Tribunal Supremo Electoral y ha asegurado que el partido que él mismo creó y sus formaciones satélites han ganado en 43, por lo que la oposición solo ha vencido en un municipio.

Esos partidos de siglas distintas que apoyan al Gobierno han derrotado en sus feudos a Nuevas Ideas, pero Bukele hace suyas esas victorias. Eso ha ocurrido por ejemplo con el partido GANA en Libertad Costa, donde se ha ensayado el uso del bitcoin con los turistas que van a hacer surf. En cualquier caso, la autoridad electoral continuaba esta noche con el recuento de votos de una jornada que no ha tenido mucha afluencia, se estima que la participación ha sido baja. Las presidenciales tampoco contaron con la efervescencia propia de las campañas en las que se disputa de verdad el poder. Las victorias de Bukele son tan claras que no hay espacio para la incertidumbre.

Los observadores electorales han denunciado los obstáculos que han enfrentado los periodistas para cubrir esta jornada electoral, nada nuevo en un país en el que su presidente carga a diario contra los medios de comunicación. La excanciller panameña Isabel de Saint Malo, jefa de misión de la OEA en El Salvador, ha denunciado que los reporteros han sido expulsados del recinto donde se cuentan los votos. “El rol periodístico como veedor del proceso es fundamental para la transparencia del conteo, transmisión y escrutinio”, dijo Saint de Malo en redes sociales. Pedro de Vaca, el relator especial para la libertad de expresión de la CIDH, se unió a estas críticas y resaltó que el periodismo “no puede ser entendido como una obstrucción”.

El mensaje con el que Bukele ha anunciado los resultados tiene varias lecturas. La primera, que le permean las críticas de quienes aseguran que El Salvador se desliza por una pendiente autoritaria. El presidente gobierna con un régimen de excepción que ha sido aprobado en los dos últimos años más de 25 veces por la Asamblea Legislativa, que controla su partido con mayoría aplastante. Con ese mecanismo que suspende muchas libertades civiles ha sacado el ejército a las calles y ha detenido a miles de jóvenes. Para decirlo sin rodeos, ha acabado de lleno con las pandillas salvadoreñas, un entramado criminal que llevaba décadas en pie. Eso ha hecho enormemente popular a Bukele, que también controla el poder judicial con jueces a modo. Así ha podido reelegirse otros cinco años aunque la Constitución salvadoreña lo prohibía expresamente. Por eso, no resulta gratuito que proclame su victoria diciendo esto: “En El Salvador vivimos en una democracia y la decisión del pueblo se respeta”.

A continuación, reconoce que en muchos municipios la gente ha votado por alcaldes que no son de su partido. “Esto es el voto de castigo a las pésimas gestiones que algunos de ellos han realizado. Por eso, como todos pudieron notar, no me pronuncié apoyando a ningún candidato a alcalde. Sin embargo, el pueblo es sabio y los nuevos alcaldes pertenecen a partidos aliados indiscutibles de nuestro proyecto”, ha explicado. Según sus datos, el FMLN, el partido clásico de izquierdas, no ha ganado por primera vez en democracia ni una alcaldía ni un diputado. Bukele perteneció a ese partido, del que se desligó cuando no lo eligieron para ser candidato presidencial en 2019. Ahora ha querido borrar todo rastro de ese pasado eliminando tuits con citas del Che Guevara y aplausos al Gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua. Arena, la derecha, una sola alcaldía.

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By Vanesa Pinto Gómez

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